02 agosto, 2011

Son las doce y pico de una noche más de verano, que pronto sería muy especial.
Estamos todos hablando, la cosa parece estar animada.

Te veo sentado en bordillo de la acera y me acerco hacia a ti.
Entre nosotros se forma una gran silencio, te miro, me miras y los dos sonreímos.


Poco después, siento algo que me roza la pierna. Me giro.
Veo que tienes una piedra en la mano con la que me estas arañando. 
Pero pronto me doy cuenta de que no es un simple arañazo.
Estas escribiendo tu nombre en mi pierna.

Sonrío, mientras pienso en que ojalá nunca se borre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario